Lo más memorable, hasta el momento, sucedió en la empresa en la que trabajo. Es una anécdota, pero me encanta contarla a colegas que se inician en la profesión. Para que sirva de ejemplo del valor que tiene el sentirse cuidado y respetado en el lugar de trabajo.
Empecé hace dos años en el área de Employer Branding. Tenía muchas ganas de aprender sobre un rol del que nunca había escuchado hablar. En enero del 2020 la empresa organizaba el KickOff en Valencia y, aprovechando el viaje, planifiqué una reunión previa al evento con los 40 empleados que había en aquel momento en la oficina. La invitación la envié por error a los 1.300 trabajadores de Alemania, Portugal, EEUU, Austria, Suiza y España… Además, la invitación incluía chistes internos que nadie entendía.
Ahí descubrí que tenía permisos informáticos para enviar mensajes a todos los trabajadores, incluso el mensaje llegó a toda la mesa ejecutiva.